Incienso Vainilla Azteca
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Incienso Vainilla Azteca 16 barras

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Incienso Indios América Vainilla Azteca. La fragancia de los Aztecas.

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Nombre del Producto : Incienso Indios América Vainilla Azteca.

Familia Olfativa : Vainilla.

Componentes : Vainilla y caña de azúcar

Uso Esotérico : Rituales de magia, activa los sentidos, estimulante.

Historias, Mitos y Leyendas :

Cuentan que Xanath, hija de nobles Totonacas y célebre por su belleza, vivía en un palacio cercano al centro ceremonial de Tajín, sede de su pueblo.

Cierto día en que la joven acudió a depositar una ofrenda sobre el plato colocado en el abdomen de Chac-Mool ("Mensajero Divino"), encontró casualmente a Tzarahuín (jilguero), un alegre doncel al que le agradaba silbar, y surgió entre ambos amor a primera vista.

Sin embargo, el romance mostró dificultades para prosperar, porque Tzarahuin era pobre. A pesar de la diferencia de clases, los enamorados se reunían casi a diario, de manera fugaz. Una tarde en que Xanath pasó junto al templo sagrado de los nichos, la sorprendió la mirada penetrante del Dios Gordo, que se caracterizaba por su vientre abultado, la frente rapada y su triple penacho; y desde entonces el Señor de la Felicidad se dedicó a cortejarla. La doncella logró esquivarlo en un principio, más el astuto Dios encontró la forma de revelarle sus sentimientos y, al ser rechazado, su alegría habitual se tornó en cólera y amenazó a la joven con desatar la furia de Tajín, si no accedía a sus reclamos amorosos.

La advertencia hizo temblar de miedo a Xanath, pero no traicionó a Tzarahuín.

El astuto Dios Gordo resolvió entonces ganarse la confianza del padre de la joven para que influyera en el ánimo de Xanath. Lo invitó a su palacio, le reveló secretos divinos y cuando manifestó interés por la linda muchacha, recibió completo apoyo para casarse con ella.

Xanath tuvo que soportar un mayor acoso del testarudo Dios y su padre la obligó a aceptar una nueva cita, que resultaría fatal, pues luego de haber dado otra negativa al Señor de la Felicidad, éste, irritado, lanzó un conjuro sobre la doncella y la transformó en una planta débil de flores blancas y exquisito aroma : la vainilla.

Y si bien el Dios creyó vengarse, lo cierto es que mientras que de él existen sólo vagos recuerdos, en cambio, tenemos muy presente en nuestros días a la vainilla cuya esencia es muy apreciada en la cocina y la pastelería de muchas partes del mundo.

Los aztecas creían que eran “ el pueblo elegido” y que tenían que cumplir con una misión divina para construir un mundo ideal. Creían que un siglo duraba 52 años y al final de este ciclo de tiempo, los aztecas vivían llenos de angustia : el mundo podría ser condenado a desaparecer si el sol no volviera a levantarse. Para remediarlo celebraban un ritual especial, llamado "el fuego nuevo":

Se encendía un fuego en el pecho de un sacrificado. Al final del ritual, podía amanecer de nuevo y el siglo nuevo podía empezar. Los sacrificios humanos eran un elemento fundamental del culto religioso. Como queda bien reflejado en las ilustraciones del “Códice Durán” Fray Diego Durán (s. XVI). Los sacrificios humanos, servían para honrar a los dioses y a los hombres, les ofrecían lo más valorado; la sangre humana y el corazón de las víctimas. Los Aztecas se comían partes del cuerpo del sacrificado en el ritual y los prisioneros de guerra eran la ofrenda más estimada. Las fiestas y rituales abundaban en la civilización Azteca, por lo menos una cada mes. Tenían un origen religioso y muchas veces comportaban sacrificios humanos, organizados en medio de danzas rituales, música y copal. A veces los sacerdotes practicaban el auto sacrificio, sacándose sangre de la oreja o del pene con una espina de maguey, para ofrecerla a los dioses. Había también rituales consagrados al sacrificio de niños, al llegar a la cumbres de las montañas, sus sacrificadores los acompañaban tañendo instrumentos musicales, cantando y bailando, mientras quemaban copal en pebeteros.  La Ceremonia de inmolación tenía como objetivo el pedir lluvias, y si los niños lloraban era de buen augurio. La religión era el eje central de las actividades de los Aztecas, éstas se desarrollaban alrededor de los rituales, los cuales se hacían a diario. 

 

Características Técnicas :

La combustión de una barra de Incienso FLAIRES dura unos 60 minutos aproximadamente, y su rendimiento olfativo es de 50 - 60 m2. El aroma permanece en el aire unas 24 horas, dependiendo de las condiciones climáticas de la estancia.

El incienso está compuesto por gomorresina natural inodora, polvo de maderas nobles inodoras, médula de bambú, aceites esenciales, esencias y alcohol.


No contiene fósforo ni alcohol propílico.


¿ Por qué usamos gomorresina natural con polvo de madera y no carbón con fósforo?

Porque la gomorresina natural y el polvo de madera son orgánicos, inodoros y totalmente inocuos para la salud. Además, estos ingredientes permiten una absorción de aceites esenciales tres veces mayor que los inciensos elaborados con carbón (Charcoal), asegurando un nivel de aromatización muy sólido. La mezcla de los inciensos FLAIRES es igual a la usada para la elaboración de los inciensos japoneses de lujo, con la diferencia de que los inciensos FLAIRES incorporan una médula de bambú para que la varilla tenga mayor resistencia. En cambio, los inciensos japoneses de lujo pulverizan el bambú y lo añaden a la pasta de incienso. Esta pasta la procesan por una máquina extrusionadora haciendo fideos de incenso (parecido a una máquina para hacer espaguetis). El resultado es que la varilla de FLAIRES es más resistente con el sistema de la médula de bambú.

Los inciensos elaborados con Carbón (Charcoal) absorben poco aceite esencial y necesitan fósforo añadido para mejorar la ignición. Las esencias aromáticas de síntesis química que se utilizan para su elaboración suelen ser de baja calidad y contienen alcohol propílico. El resultado es un incienso que quema muy rápido, deja trazas de olor a carbón y fósforo quemado que suelen ser desagradables al olfato, e incluso, perjudiciales para la salud con el uso regular y constante. Además, el aroma no permanece en el tiempo porque la absorción y la calidad de la mezcla aromática es baja.

Los últimos estudios de laboratorios indican que el uso del alcohol propílico puede actuar como irritante para ojos, mucosas y vías respiratorias y, en un alto porcentaje, puede resultar, incluso, narcotizante.

"Los estudios en seres humanos y en animales han demostrado que si la piel, los ojos se exponen repetidamente y/o hay ingestión repetida, usted puede sufrir irritación."

"El glicol de propileno pueden entrar en la corriente sanguínea si usted respira aire que contiene aerosoles o vapores de estos compuestos."


Fuente: Agency for Toxic Substances and Disease Registry

http://www.atsdr.cdc.gov/es/phs/es_phs96.html

 

 

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